El 82% de los millennials de Estados Unidos se arrepienten de la compra de su primera casa. Y la realidad de esta generación es, que solamente el 20% piensa tener una #casa propia y sólo un ínfimo 13% desea tener hijos.
Teniendo en cuenta que los #millennials y #centenials suponen el 50% de la población mundial, resulta inevitable la pregunta; ¿para quién estamos construyendo las casas? ¿Tiene sentido seguir construyendo casas?

Lo cierto es que el #desarrolloinmobiliario es un negocio de largo plazo. La creación de los bienes inmuebles, hasta que llegan a su cliente final, son procesos largos. El retorno puede tardar de 4 a 10 años en función de si son ventas o rentas. Estos plazos, ligados a los acelerados y constantes cambios sociales, puede desencadenar a proyectos que terminan y se dan cuenta que su demanda se ha esfumado. O peor, ni siquiera existió nunca.
El riesgo de empezar los proyectos inmobiliarios por el diseño del producto y luego salir a buscar el cliente es encontrarse en el mercado tratando de hacer encajar con calzador un producto a un cliente no adecuado. Y la estadística nos está diciendo que esta historia no tiene un final feliz.
Los daños colaterales de las burbujas inmobiliarias, es decir producto inmobiliario estancado por falta de demanda, son las ciudades fantasma y barrios sin alma. Es cuestión de tiempo que una burbuja pinche y cuando ocurre, la fragmentación del territorio debilita inevitablemente el tejido social y la #plusvalía se estanca.

En México hay 30 millones de millennials, que suponen el 30% de la población y conforman el gran grueso de la masa laboral del país. Son los que lideran el mercado de consumo y si a esa cifra le sumamos los centennials, estamos hablando de 56 millones de personas. En 2025 se espera que el 70% de la población mundial sean millennials y centennials. Si estas personas van a ser, o ya están siendo nuestro mercado, ¿sabemos realmente quienes son y que quieren?
Maslow nos comenta que, los nacidos a partir de 1981 son personas con valores y ambiciones muy diferentes a las generaciones anteriores. Mientras la generación silenciosa se preocupaba solo por sobrevivir, los baby boomers se preocuparon por su seguridad y protección. La generación Y empezó a cuestionar las políticas sociales y a valorar mucho el estado del bienestar.
Sin embargo, los millennials y centennials son personas centradas en su #autoestima y en la búsqueda de un #propósito que les dé sentido a su vida. No se conforman con un trabajo que les permita solamente evolucionar, para ellos la libertad es algo muy importante y ven en el emprendimiento el camino para lograrla.
Por orden de preferencia los millennials prefieren generar un #impactopositivo en la comunidad y sociedad. En segundo lugar, recorrer/viajar por el mundo. En tercer lugar empezar su propio negocio. cuarto lugar tener casa propia. Y en quinto y último ganar un buen salario/ser rico.

Existen hoy negocios que han entendido este particular estilo de vida y se están alineando a la idea de ofrecer soluciones en vivienda, en lugar de ser sólo una fábrica de bienes raíces.

Si el negocio inmobiliario es #patrimonial y los proyectos de alquiler son más rentables a largo plazo que los de venta, no parece tan mala idea cambiar a un esquema de membresías de vida y salir de la tradicional compra-venta como única vía.
No hay duda de que la demanda debe definir el producto para que los negocios aseguren su éxito y los expertos comentan que en 10 años el negocio inmobiliario en México será radicalmente diferente debido a su #pirámidepoblacional.
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